Ayer quedamos en que, en nuestro País Ornitorrinco, nunca podremos tener la certeza que mañana las cosas seguirán siendo como hasta hoy.
Me parece que, antes de seguir, tengo que hacer una aclaración: como esto se trata de alcanzar la felicidad pero se lo propone en un ámbito determinado, creo que lo más sabio es definir el territorio en que debemos movernos, sin entrar en juicios sobre si esto es bueno o malo; sólo nos servirá para conocer las corcunstancias en las cuales nos tendremos que desarrollar.
Esto quiere decir que no vas a leer en este lugar "Al final, éste es un país de mierda que no tiene solución" o, más en la onda Pepito Cibrián "aquí no podemos hacerlo", con lo que la única salida a nuestra situación termina siendo Ezeiza.
Todo lo contrario, en este blog iremos viendo la manera de ser felices acá, en el territorio que nos tocó trajinar (me viene a la memoria un reportaje hecho en el año 2004, justamente en Ezeiza, donde entrevistaban a una familia que se iba del país. Los argumentos eran cosas como "nos vamos porque en este país no se puede vivir más", "queremos un futuro mejor para nuestros hijos", "con la inseguridad que hay acá no se puede seguir" y frases que alguna vez todos habremos dicho. Lo que me asombró es que esta familia se estaba mudando a 20 km. de la Franja de Gaza, en Israel!!!. Ojo, aclaro que ésto no tiene ninguna otra lectura que la siguiente: una familia cambiaba la Argentina por una zona de guerra y conflicto permanente. Saquen sus propias conclusiones...
Pero les decía antes que estamos tratando de definir un panorama general, así que sigamos con el dibujo de este mapa:
La felicidad tiene mala prensa: en nuestro país la felicidad es sospechosa, un argentino que ande demasiado contento es mirado como si estuviera loco, drogado o borracho. Los invito a un experimento: den un paseo por el centro de su ciudad, en algún área peatonal o céntrica (si es zona bancaria mejor) y, sin auriculares puestos ni nada, pónganse a silbar y ensayen un pasito de baile... Ahora bien, ¿en Brasil esa escena nos resultaría tan imposible?. Estando allá diríamos: "qué bárbaros, tiene el ritmo en la sangre!!!". Tal vez sea el tango o la milonga surera pero acá la seriedad es confundida permanentemente con solemnidad; nuestra idea es mantener un humor irónico, sin alegría sino con una observación sobradora de los demás; es como si supiéramos los secretos del universo pero no se los pudiésemos decir a nadie, por lo que la alegría queda suprimida (es muy poco serio estar contento...). Por eso es que no vemos muchas caras sonrientes por la calle y nuestros carnavales son un embole absoluto, salvo que le podamos tirar bombitas de agua a alguien desde un 8º piso...
Esto hace que la búsqueda de la felicidad se vuelva un terreno para ilusos, románticos o boludos, ¿o ustedes conocen mucha gente que declare entre sus amigos "yo lo que quiero verdaderamente es ser feliz". Y sin embargo, seguro que escucharon: "Yo lo que necesito es un laburo mejor" o"más guita" o "cambiar el auto" o "largar a mi mujer y dedicarme a la joda por los próximos cuarenta años". Aclaro, no es que estos objetivos estén equivocados, lo que habremos de ver es si son conducentes con la felicidad argentina.
Nos seguimos pensando en la próxima...
martes, 29 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario