De dónde venimos y hacia dónde vamos

Bienvenidos!!! El ciberespacio es muy parecido a nuestro país, la República Argentina: un lugar donde todo parece posible pero la gran mayoría de las cosas son mentiras, donde nos encontramos de muchas maneras pero a la vez nos separamos de lo verdadero. Entonces, ¿por qué no usarlo para pensarnos como individuos y ayudarnos a la única búsqueda que nos es común como humanidad: la búsqueda de la felicidad?. Ojalá estemos de acuerdo, pero más deseo aún que discutamos, porque será la manera de definir entre todos un camino mejor al que venimos llevando.

lunes, 25 de enero de 2010

Argentinos a las cosas: Vamos por la felicidad, canejo!!!

Bien, ya tenemos un mapeo emocional bastante completo de la Argentino y quienes en ella habitamos, al menos en mi modesto ver y entender. Luego de un breve resumen, creo que es hora que nos adentremos en la búsqueda de las soluciones, de los caminos que nos acerquen a la felicidad tal como podemos concebirla en nuestras tierras.



Aspectos negativos: Hemos dicho hasta acá que los argentinos somos "masomenistas", soberbios, propensos a querer salvarnos de golpe y de una sola vez, anómicos, quejosos, no tenemos referentes y somos poco diálogicos.



Por otra parte, hemos descubierto aspectos positivos: podemos hacer mucho con poco, le damos gran valor a la amistad, somos familieros, tenemos altas dosis de autoconfianza, nuestro natural pesimismo nos hace realistas y hemos ido adquiriendo flexibilidad con el paso de las crisis.


¿Cómo hacemos en este escenario y con esta suma de elementos, de valores y disvalores, para acercarnos consciente y concretamente a la Felicidad?.

Para empezar, no desconociendo este mapa que hemos ido dibujando; creo que uno de los principales escollos que se nos presentan en nuestro camino hacia una vida más placentera y provechosa es la inconciencia, el desconocimiento del escenario en el cual nos movemos cotidianamente.

Si caminamos sin tener claras las especiales características de nuestra sociedad y nuestra cultura seremos permanentemente "sorprendidos" por los acontecimientos, nunca podremos prever los tropiezos y, más importante aún, seguiremos en nuestra tradicional posición de víctima.
Sin salir de este rol no podemos hacernos cargo de nuestra propia vida y seguiremos pecando de ingenuos, como individuos y como sociedad.

Hace poco leí una entrevista al filósofo Tomás Abraham, que se preguntaba si los argentinos, con nuestras sucesivas y cíclicas desilusiones políticas, no seremos el pueblo más ingenuo del mundo.
Yo pienso que la ilusión, el depósito irrestricto que hacemos de la solución de nuestros problemas y el alcance de la plenitud en nuestros gobernantes nos resulta una postura facilista.

Si nos empezamos a hacer cargo de la responsabilidad de nuestros estados vitales, sin echarle la culpa a nadie ni tener la expectativa de soluciones mágicas, podremos pasar a ser protagonistas de nuestra vida y dirigirnos hacia la felicidad.

A partir de la próxima entrega empezaremos a recorrer los caminos que nos acercarán a la tan ansiada felicidad nacional, no se la pierdan!!!

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