De dónde venimos y hacia dónde vamos

Bienvenidos!!! El ciberespacio es muy parecido a nuestro país, la República Argentina: un lugar donde todo parece posible pero la gran mayoría de las cosas son mentiras, donde nos encontramos de muchas maneras pero a la vez nos separamos de lo verdadero. Entonces, ¿por qué no usarlo para pensarnos como individuos y ayudarnos a la única búsqueda que nos es común como humanidad: la búsqueda de la felicidad?. Ojalá estemos de acuerdo, pero más deseo aún que discutamos, porque será la manera de definir entre todos un camino mejor al que venimos llevando.

viernes, 8 de enero de 2010

Quejas de bandoneón...

Otra de las características nacionales es la visión de "vaso medio vacío", un clima de decepción permanente sobre la diferencia entre lo que las cosas son y lo que deberían ser.

Basta que se junten dos argentinos para que el rimero de quejas y protestas se torne interminable; esto lo he escuchado al decir de gente a la que le va muy bien ("pero...¿sabés lo que sería si el país anduviera mejor?"), de gente a la que le va regular ("Y sí, bastante bien, pero viste lo que es este país, no se sabe hasta cuándo...") y de gente a la que le va mal ("Y qué querés, con este país de mierda...").

El que tiene mucho está preocupado por la inseguridad, el que tiene poco por no perder lo que tiene y el que no tiene nada porque nunca lo van a dejar tener algo o le van a dar algo.

Tenemos como una sensación de pérdida inminente, de tsunami que se levanta en el horizonte y que nos llevará el escaso margen de bienestar que supimos conseguir.

Esto hace que generemos profecías autocumplidas: Pensando que siempre nos va a ir mal generamos las condiciones para que eso pase.

Por eso los argentinos de dinero invierten en el exterior, los de clase media consumen espasmódicamente, se guarda dinero en los colchones (si al Gobierno se le ocurriera hacer una requisa general de colchones y sommiers superaría a cualqueir corralito...), se corre a comprar dólares (yo me pregunto: ¿qué comprarán los yanquis en tiempos inestables? ¿pesos argentinos?, ¿euros?).

Hace un tiempo que implemento un saludo que creo me ubica en un lugar diferente: cuando alguien me pregunta ¿cómo anda la cosa?, respondo: Lo que está bien, fantástico; el resto lo tengo que arreglar.

Y juro ser totalmente honesto en este sentido: como buen argentino nacido y criado en estas tierras, he pasado por todas las crisis habidas y por haber, he tenido, perdido y recuperado propiedades y bienes diversos, trabajos, dinero y demás pero nunca he sentido que "estaba TODO mal".

¿Somos del todo justos con nuestra suerte cuando decimos que está todo mal?. Como país, nos hemos recuperado de cada crisis terminal, de cada caos institucional en el que nos hemos metido (Así como los norteamericanos decían en la II Guerra Mundial: "Remember Pearl Harbour" nosotros deberíamos decir: "¡¡¡Remember 2001!!!"...), nos hemos caído y levantado en muchas oportunidades y no es descabellado decir que como individuos también; conozco poca gente de mi edad que no haya atravesado alguna crisis vital, laboral, económica o afectiva (y hagan una pequeña encuesta en su entorno y verán que la verdad no está tan lejos).

Cuando de verdad está TODO MAL, no hay manera posible de levantarse, nos hundimos sin remedio, no hay recursos o herramientas que nos saquen adelante; tal vez alguna pueda pasarnos esto como personas (aunque yo estoy convencido que siempre se puede aprender algo nuevo que nos saque adelante) pero como país, en vista de nuestra historia reciente y no tanto, es muy difícil que nos podamos hundir hasta el fondo, aunque a veces nos dé la sensación que estamos viviendo en un submarino...

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