De dónde venimos y hacia dónde vamos

Bienvenidos!!! El ciberespacio es muy parecido a nuestro país, la República Argentina: un lugar donde todo parece posible pero la gran mayoría de las cosas son mentiras, donde nos encontramos de muchas maneras pero a la vez nos separamos de lo verdadero. Entonces, ¿por qué no usarlo para pensarnos como individuos y ayudarnos a la única búsqueda que nos es común como humanidad: la búsqueda de la felicidad?. Ojalá estemos de acuerdo, pero más deseo aún que discutamos, porque será la manera de definir entre todos un camino mejor al que venimos llevando.

jueves, 28 de enero de 2010

¡¡¡Crea tu propia aventura!!!

¿Se acuerdan de esa serie de libros, muy populares en los noventa, donde el lector iba eligiendo cómo seguía el desarrollo de la historia, según las opciones que se le presentaban?. Bien, algo similar a esto es lo que me propongo para desarrollar una metodología para alcanzar la felicidad.

Partiendo de los elementos que hemos definido en las notas anteriores, trataremos de diseñar un método, un sistema que nos vaya acercando a la satisfacción vital que implica ser feliz, siempre teniendo en cuenta que lo haremos en las condiciones especiales que nos brinda y los límites que nos marca nuestro escenario nacional.

Para poder empezar a recorrer este camino ordenadamente, lo primero que haremos es ordenarnos (valga la redundancia), cosa que de por sí a los argentinos nos cuesta bastante...

Este orden comienza con una "memoria y balance", como hace cualquier empresa; tenemos que saber qué herramientas tenemos, con qué contamos en primera instancia para ser felices.
A este ordenamiento le daremos el nombre de C3 (C al cubo):

La primera "C" es la de CANTIDAD: Cuando juntamos los recursos con los que contamos para ser felices debemos tener evaluadas ciertas cantidades de cosas, por más que parezca un recurso prosaico.
Sabemos que la empresa de ser feliz en la Argentina no es una tarea sencilla pero tal vez sea la única tarea que vale la pena enfrentar, no sólo en nuestro país sino en el mundo; yo diría que es un imperativo, la verdadera forma en que nos distinguimos de los animales es por la abundancia de nuestros deseos, por nuestra empecinada búsqueda de felicidad y sentido para nuestra vida.

Por esto debe ser encarada tal como un general emprende una batalla, con el pleno conocimiento de los pertrechos con los que contamos (ya sé que este tipo de metáforas tiene mala prensa pero no se me ocurre ninguna mejor para este ejemplo).

Vamos a habilitar un cuaderno o una hoja donde vamos a anotar, con un criterio meramente cuantitativo, los elementos que ya tenemos y que sean conducentes a nuestro acercamiento a la felicidad. Divida esta hoja en cuatro columnas y en la primera anote el título:

AFECTOS: Una de los dones de la vida que más nos puede acercar a la felicidad es la plenitud de nuestra vida afectiva: tener pareja, familia, buenos amigos, compañeros a los que respetamos; gente a la que queremos y gente que nos quiere.
Anote rigurosamente los nombres de las personas que forman parte de su universo afectivo pero lo más importante de esta lista es que debe incluir las personas que las personas que lo quieren y usted quiere y las personas que usted quiere sin importar lo compartido o no del sentimiento.
Lo que distingue a un ser humano entre la multitud de seres que forman la humanidad es el sentimiento que usted tiene hacia él o ella, no sólo la correspondencia de este sentimiento.
Por eso es válido en esta lista incluir a gente que usted sólo conozca por su obra, por su ejemplo, por los buenos momentos que le puedan dar o haber dado.

Por dar un ejemplo, yo incluyo en mi lista a Roberto Fontanarrosa, a Osvaldo Soriano, a Jorge Luis Borges, al Negro Olmedo, a Pedro Aznar, a Luis Salinas, a Cortázar, a Quino, a Héctor Oesterheld, a Robin Wood...es decir, a tantos coterráneos que me han brindado y aún me brindan momentos de diversión, de lucidez, de reflexión; en suma, de felicidad (me limito en esto, a los efectos de este trabajo, sólo a los argentinos, sino podría incluir a muchos más).
Estas personas se suman a mi mundo emocional a través de sus obras y de sus actos, no me hace falta haberlos conocido personalmente para sentirme cerca de ellos y me ayudan a ser parte de un todo mayor que podríamos llamar argentinidad.

Recuerde que en esta lista sólo tendremos en cuenta una cuestión de cantidad, que su lista sea lo más exhaustiva posible, trate de no dejar a nadie afuera; no juzgue ni califique en esta etapa, sólo anote todas aquellas personas que figuran en el panteón de sus héroes emocionales.

Una vez que tenga su lista hecha, vuelva por acá y seguiremos trabajando...

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