De dónde venimos y hacia dónde vamos

Bienvenidos!!! El ciberespacio es muy parecido a nuestro país, la República Argentina: un lugar donde todo parece posible pero la gran mayoría de las cosas son mentiras, donde nos encontramos de muchas maneras pero a la vez nos separamos de lo verdadero. Entonces, ¿por qué no usarlo para pensarnos como individuos y ayudarnos a la única búsqueda que nos es común como humanidad: la búsqueda de la felicidad?. Ojalá estemos de acuerdo, pero más deseo aún que discutamos, porque será la manera de definir entre todos un camino mejor al que venimos llevando.

sábado, 23 de enero de 2010

Neo, el de Matrix, es Argentino!!!

Y me refiero puntualmente a una escena, creo que la más difundida, de Matrix I, en la cual el protagonista esquiva las balas con una habilidad sorprendente, ¿se acuerdan?.



Bien, ése puede ser un buen símbolo de otra característica que nos define a los argentinos: La Flexibilidad ante las crisis. Como hemos atravesado tantas, los criollos nos hemos ido volviendo adaptables, en la medida que no nos dejemos ganar por el desánimo.

Es interesante analizar cómo un argentino, ante la precariedad permanente en la que vivimos, saca a relucir su creatividad y sale adelante, a pesar que las circunstancias conspiren en su contra.



Va un ejemplo cercano: mi actual mujer trabajaba en el 2001 para una importante empresa de cosmética internacional, a pesar de lo cual no se salvó, como tantísimos compatriotas, que su sueldo quedara atrapado por el corralito justo para Navidad. Ante la carencia, ella y su madre recordaron una receta de pollo relleno que habían leído, investigaron en Internet cómo se deshuesaba y pusieron manos a la obra: en un día tenían preparados varios, prolijamente presentados en bolsas para horno y vendidos en el barrio con una excelente ganancia, con lo que les alcanzó hasta para los regalos navideños.



Esa capacidad de adaptación nos califica para enfrentar los problemas que solemos atravesar ciclícamente, más allá que nos guste o no que esto sea así.

Acá es válida una aclaración: enfrentamos las crisis en la medida que nos resulta imprescindible pero, en vez de aceptarla como una parte integrante de vivir en nuestro país, nos resentimos y empezamos a mirar hacia afuera, hacia los países o las personas que (nos parece que) no atraviesan crisis como nosotros.



Y creo que es un error de concepto: no es que los otros países (que creemos privilegiados) no atraviesen crisis, ES QUE EN NUESTRO PAIS LOS CICLOS SON MUCHO MAS CORTOS.



Analicemos esto con un poco más de detenimiento: Europa ha atravesado dos guerras mundiales en un lapso de treinta años, Estados Unidos un par de recesiones gravísimas con setenta años de diferencia; nosotros tenemos crisis (menos graves, convengamos...) cada período de gobierno constitucional, como mucho cada dos. Revisemos juntos la historia desde el retorno de la democracia: Alfonsín arranca con enormes expectativas hasta las Pascuas y la hiperinflación y los saqueos, asume Menen de apuro, vivimos nuestra primavera del "déme dos" hasta la caída económica y moral estrepitosa en el segundo mandato, pasamos a De la Rúa, renuncia del vice, coimas en el Senado, Cavallo, corralito, "que se vayan todos", los cinco Presidentes, Kirchner y un período de bonanza hasta Cristina, el yuyo maldito, paro del campo y los actuales despelotes de reservas y demás yerbas....



No quiero entrar en detalles que nos llevarían páginas, pero estamos hablando del año 83 a la fecha; 27 años donde nos dio la impresión al menos cuatro veces que el país desaparecía como la Atlántida; sacando un mal promedio, una "crisis terminal" cada siete años!!!



No se me escapa que muchísima gente quedó por el camino, vio totalmente deteriorada su calidad de vida, perdió "vidas y hacienda", como en los tiempos de los malones pero habemos millones que hemos seguido adelante, con mayores o menores penurias pero seguimos adelante.



¿Es cómodo vivir en nuestro país?. Sin duda que no. ¿Es imposible vivir en la Argentina?. Estoy seguro que no.



Esto me recuerda un párrafo de una novela de mi venerado Roberto Fontanarrosa, Best Seller, donde cuenta las bellezas de las playas de la isla de Camorta y sus cerros poblados de naranjales; cada verano, cuando llegaban los vientos alisios, las naranjas caían por millones hacia las costas, arrasando las aldeas de pescadores que se encontraban en la orilla; lo que nadie se explicaba era por qué los pescadores volvían a construir sus chozas en las mismas playas....



Viéndonos en perspectiva, muchos de nosotros (la gran mayoría) somos como los pescadores de Camorta pero corremos con la ventaja de saber que, más allá de la ventura personal que estemos viviendo, los vientos se están levantando y se nos vienen los naranjazos!!!



Si no descuidamos esta perspectiva, si la vivimos como parte integrante de nuestra genética, podemos tomar recaudos, lo menos que podemos hacer si vivimos en zonas inundables es aprender a nadar...

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